martes, 20 de marzo de 2012

Registro de Hidrocarburos Virtual


domingo, 4 de marzo de 2012

Vidas separadas

¡Hoy día estoy más cansado que nunca! Acabo de llegar hace aproximadamente media hora (a las 11pm) a mi cuarto en Lima, desde que he empezado a escribir esta entrada. He venido de Huaral, ciudad donde vive mi familia, y a la que viajé hoy en la mañana. Temprano, antes de viajar, me compré un ejemplar de "El Comercio", que sólo he podido leer la primera cara, el titular en el que hablan de lo bien que le parece estar yendo al hermano de nuestro señor presidente en su nueva habitación como reo; además, dentro de uno de los suplementos, leí una crítica general al gobernante de Siria, que era más bien una crítica al mundo, por mostrarnos indiferentes ante las barbaries que se están cometiendo actualmente por el señor Bashar Al-Assad. También leí la publicidad de las impresoras y cámaras de Canon, que me pareció fantástica, donde pude apreciar que ahora ya no necesitas tener conectada físicamente a tu PC e impresora para imprimir, ¡Sino que puedes hacerlo mediante wireless!; es más, algunos modelos, tienen puerto de conexión USB y puedes imprimir directamente desde tu USB; además, algo que me gustó mucho saber y que no sabía, era que algunos modelos también pueden imprimir en CDs. También noté la diferencia entre modelos de cámara HD y super HD, que de hecho son los que pienso comprarme, pues la calidad en espacios con poca luz es evidente. Al final, quedé decidido a comprarme tanto una impresora y cámara de esa misma marca. Pero eso será más adelante, porque hasta ahora sigo ¡aguuuuuja!

Durante el trayecto, estuve con la idea de compartir con la personas del mercado algunas de esas noticias que estuve leyendo y conversar sobre ellas. Sin embargo, fue un domingo como el que no hubiese querido vivir. Felizmente cogí el carro rápido, considerando que tengo que coger no uno sino 4 para llegar a Huaral, desde donde vivo. Salí a las 6:30 am, y llegué a eso de las 8:30. Me fui directo al mercado, donde mi madre tiene sus puestos de productos de temporada, al que en estas fechas están orientado a ofrecer artículos escolares. Uno de los 2 puestos que tiene, estaba abierto; pero ella no estaba. Encontré a una vecina dentro de éste, vendiendo cuadernos y lapiceros a una cliente, a la que me pidió que de inmediato atendiera. Al cabo de 5 minutos llegó mi madre. Se había olvidado la llave del otro puesto, y se había ido a casa a traerla. Eso le puede pasar a cualquiera. De ahí seguimos la rutina de cada día, que es abrir el puesto que faltaba, limpiar y ordenar; esta vez conmigo ayudándole; cosa que no hago, si no casi exclusivamente los domingos, ya que de lunes a viernes trabajo en Lima, y los sábados o estudio o tengo cualquier motivo para no ir a ayudarla.

¡El domingo pasó muy rápido!, como casi todos los domingos. No he vuelto a Lima, hasta que acabemos de cerrar ambos puestos; ¡Me hubiese querido venir antes!, pero no podía dejarla sola, más aún sabiendo que soy hijo único, y que después de mí ya nadie más podría ayudarla con tanto cariño y obligación. Cariño, porque mi madre es bien chamba, ¡ella está en todas!, además la extraño mucho durante la semana y quiero pasar momentos junto a ella. Y obligación, porque así como ella me dio lo mejor que tenía para poder educarme cuando más lo necesité, existe el deber de corresponder ese sacrificio, ahora. Así que por eso, estuve hoy en ese mercado. Mercado al que cada día que pasa odio más. No sé si sea realmente porque lo odie, o porque no me guste atender a la gente que viene a comprar al puesto, con muchas ganas. Lo que sí sé es que me gustaría poder descansar por lo menos un día a la semana, disfrutar de mi madre y poder llevarla a diferentes sitios bonitos, entre restaurantes y pueblos con historia y paisajes, que están cerca. Pero eso es pedir demasiado. Los domingos, son los días en que más se vende en el puesto, pues baja la gente de la chacra, viene gente de Lima, y es el días en que los estudiantes se dedican más a hacer las tareas. Pero es el único día en que aparentemente podría estar con ella.

Ya le he dicho que no me gusta que trabaje tanto y sin ayuda, que es demasiado para ella sola, lo que no necesariamente significa que haya mucha venta, sino por el contrario, que sin mucha diferencia de ventas entre un día bueno y otro malo, el trabajo para abrir, ordenar y cerrar los puestos, es siempre una constante exigencia; lo que considero para un mujer de la edad de mi madre es por demás agotador. Y encima, que cuando llega a la casa, se pone a coser; porque además de todo, sabe costura y siempre acepta por ahí algunos encargos para buzos de colegio, chalecos o polos para mototaxista, mandiles, reparaciones, en fin; todo aquello que comprendería a esa rama, y a lo que yo no pondría ningún freno, si no fuera porque ese oficio viene en su segundo turno. Ayyy! A veces lloro pensando en todo lo que ella podría estar haciendo en este momento, mientras que yo me estoy lamentando.

Me preocupa su salud, se ha quejado de varias molestias. No la he comprendido cuando me las contó. Si no que, en vez de eso, le estuve reclamando que debería tener alguien quien la apoye en el puesto; cosa a la que ya me di cuenta hace unas semanas, no tiene ni idea de recurrir, pues había yo puesto varios avisos en las vitrinas solicitando una ayudante; sin embargo, de puro milagro nadie se ha acercado, y no es porque no estén necesitando chamba; resulta que cada vez que alguien se acercaba a preguntar, ella (mi mamá) le decía que ya una persona había cogido el trabajo lo cual no era cierto. Ayayay.....Pero de todas formas, la voy a llevar al médico justo en quincena, cuando espero que me paguen, para hacerle sus chequeos.
Por mi parte, ¿qué puedo decir que hago (yo)?. De lunes a viernes trabajo en un institución estatal. Mi trabajo es exigente, pero no me gusta. Tengo problemas en adpatarme a él. Me han renovado el contrato recientemente por un año más, y según mi apreciación, no porque lo merezca, sino porque es parte de un reglamento, aquellos quienes estamos en mi condición, tenemos la oportunidad de renovar hasta por un año más (2 en total), además del tiempo en que estuve de práctica. El lugar donde trabajo es bonito (físicamente), la gente es variada, hay de todo; gente buena, gente radical, gente comprensible, gente desubicada, pero la mayoría bastante mayor que yo. Existen diferencias entre las categorías: personal de plantilla, personal CAS y terceros. Yo soy tercero, quizás por eso me guste menos trabajar ahí, porque a pesar de ser tercero, tengo que trabajar en un horario definido y ocupar un sitio fijo; y porque a pesar de tener sitio fijo y ciertas cosas, no tengo anexo telefónico, ni puedo acceder al correo para buscar direcciones de correo de personas que pertenecen a la institución, ni soy convocado a reuniones donde casi todos los que están en oficina son informados ir, mi situación es como la de un híbrido que no lo interesa estar ni en uno, ni en otro lado; es decir, ni en plantilla ni en la situación de un tercero como tal se concibe en el ambiente (al que llaman supervisor). ¡No me gusta mi trabajo! No me gusta estar calentando el asiento y menos en oficina. ¡No me gusta lo que hago! Y esa quizás es la verdadera razón de tanta queja. He estudiado ingeniería industrial, pero desde que egresé he estado viendo cosas administrativas; no he visto procesos industriales, que considero puede ser lo que me guste; porque esto que es administrativo y asistencial, donde sólo hago lo que los demás necesiten, donde me siento desmotivado a hacer algo por mí mismo, donde no tengo ganas de ir, a veces; y de donde, ya me quisiera ir pronto, si es que encontrara otra opción mejor. Por otro lado, no sé que haría si mi jefa estuviera esuchando lo que digo (o leyendo lo que escribo); en realidad quisiera que lo supiera sin tener que decírselo. La semana pasada, ha sido una semana crítica para mí. Estoy atrasado en varias labores, algunas cosas operativas, de las que ya se me pidió cuenta. A veces quisiera defraudarlos más, para que vean lo incómodo que estoy, sin tener que decírselos; sin embargo, sé que al menos mi jefa no merece eso, es una persona que ha demostrado ser más comprensiva de lo que yo hubiese esperado. Realmente la estimo. Siento que me trata como un hijo, a veces. Así que en esa parte, no me voy a descuidar. Volviendo a las condiciones laborales, la paga no es mala; y después de todo, es un trabajo. He conocido gente, de la que puedo aprender muchas cosas buenas; sin embargo, no he encontrado alguien del que yo pueda decir: "wow, este tipo quiero que sea mi mentor"; a veces por mi comportamiento rebelde, y a veces, porque realmente pienso que no existe un mentor para mí ahí. Y eso es lo que yo necesito.

Soy bachiller, no titulado aún. Llevé el curso de titulación el año pasado. Aprobé el curso. Ahora tengo que presentar un informe de suficiencia y sustentarlo; cuando lo haga (y apruebe) recién podré calificarme como ingeniero. Aún no he terminado el informe. Tengo medio mundo esperando que lo termine. Detesto que me presionen, y detesto tener que hacer algo si no me gusta; a veces me pregunto: "¿Por qué en mi universidad hay que presentar un informe, mientras que en otras basta con aprobar el curso?" El asunto es, que ya estoy aquí, a más de 6 meses de haber terminado el famoso curso, y aún no me titulo. Tengo al bendito informe dándome vueltas a la cabeza, con las voces de mi madre y me jefa acompándolo en la mayor parte del día; pero, aún así, no he avanzado. Me he pasado de fechas, una y otra vez. Lo estoy dejando, y este titanic, ya se me está hundiendo. Sino algo algo pronto, voy a naufragar solo por ahí. Y realmente, eso no es lo que quiero. Espero realmente terminarlo en este mes, ¡dame fuerzas Dios!
Por otro lado, estoy siguiendo una maestría en Seguridad Informática, es un tema nuevo para mí. Estudio los sábados, aunque por problemas diversos, ha dejado de haber clases hasta la semana pasada, así que ya retomé. A veces pienso que, debería no querer abarcar el mundo y enfocarme en sólo unas cuantas cosas. Quizás es mi subconsiente que quiere llamar la atención de las personas. Quizás es que estoy buscando de manera conciente, encontrar y hacer aquello que me guste. Por eso ahí estoy, en el primer ciclo.
Ahí he conocido a alguien que me gusta, es un señor muy hábil y objetivo, para él es su segunda maestría; conoce mucho sobre el tema, se expresa bien, debate muy bien sus ideas, lee bastante, por lo que me he dado cuenta es buen padre, y además es divertido; y muy recientemente, es mi vecino. Desde hace varias semanas venimos conversando para formar un grupo de estudios con los compañeros de la universidad y algunos amigos suyos, que conocen del tema y estoy muy entusiasmado.

Los años están pasando sobre mí, tengo 28. No tenga buena trayectoria, no como yo quisiera haber tenido. Soy un aprendiz. Un aprendiz como muchos quizás, o como pocos. No lo sé. Soy un aprendiz de M. Estoy siguiendo mi instinto, por eso hago estas cosas.
¡A veces quisiera dejar de trabajar y dedicarme a encontrar lo que me gusta!